Los objetivos comunes y mejor aún los grandes retos son la fórmula perfecta para unir a un grupo para que funcione como un equipo de alto desempeño.
Un gran reto aceptado por el grupo promueve el espíritu del equipo y el uso de todos los talentos de sus miembros.
Por otra parte, un sistema que promueva tanto los resultados de equipo como individuales (por ejemplo, equipo de ventas) será mejor que uno que sólo se centre en los individuos (vendedores peleando clientes, buscando su resultado individual).
Definitivamente los sistemas estimulan y direccionan los comportamientos.
Sin embargo, diseñar sistemas que estimulen los comportamientos ideales no es tan simple como pudiera intuirse del ejemplo de ventas.